Al cierrede la presenteedición, se viene desarrollando la XXV Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por su siglas en inglés) en la ciudad de Da Nang, Vietnam. En ella tienen lugar importantes espacios de discusión, y no cabe duda de que uno de los temas que mayores expectativas genera es el futuro del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés). Desde que Donald Trump asumió la presidencia de los EE.UU., el acuerdo ha sido sumamente politizado, más aún tras la salida de dicho país del acuerdo por mandato de su presidente. Actualmente, los 11 miembros restantes (Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam) han mostrado su disposición para seguir impulsando la integración, a pesar de los cambios que supone esta nueva composición del bloque.
LA INTEGRACIÓN TIENE QUE CONTINUAR…
El TPP, más allá de promover la integración comercial a través de la reducción de tarifas arancelarias, establece cláusulas de promoción de las inversiones,de protección para el ambiente, la propiedad intelectual y el derechode los trabajadores. Asimismo, busca mejorar la competitividad de los servicios y desarrollar aún más el comercio digital.
En un comienzo, con EE.UU. a la cabeza, este acuerdo reunía un 37% del PBI global en 2016 y un 11.1% de la población mundial, según cifras del Banco Mundial; asimismo, representaba un 24.3% de las exportaciones y un 28.6% de las importaciones del mundo, según cifras del Centro de Comercio Internacional. En contraparte, sin EE.UU., el nuevo bloque de países comprende un 15.2% del PBI global de 2016 (US$ 11.9 billones1
). Queda claro que el nuevo líder, en lo que respecta al valor de su producción, es Japón, con un PBI de US$ 6.1 billones, seguido por Canadá (US$ 1.8 billones) y Australia (US$ 1.3 billones), mientras que el Perú se ubica en la octava posición, con una participación del 1.6% en el PBI del bloque.
Asimismo, este nuevo bloque comprende un 6.7% de la población global. En lo que respecta a las exportaciones, estas también se han reducido a un 15.2% del total, mientras que la participación de las importaciones cayó a un 14.6%. Estas cifras demuestran que la salida de EE.UU. impacta en el bloque en materia de representatividad, ya que este país aportaba el 58.6% del total del PBI en el TPP y un 37.5% y un 49% de las exportaciones e importaciones, respectivamente. A partir de este nuevo escenario, algunos de los países, como Malasia y Vietnam, no se sentían conformes con la nueva composición, ya que su principal motivación para integrarlo era la oportunidad de entrar de manera preferencial al mercado norteamericano. Sin embargo, gracias a las recurrentes rondas de renegociaciones, como aquella realizada a fines de octubre en Chiba (Japón), se espera que, al finalizar la cumbre del APEC, se logre un consenso positivo sobre el futuro del TPP.
El nuevo bloque de países, o por así nombrarlo “TPP 11”, otorgaría grandes beneficios a todos sus miembros. No solo se trata del intercambio comercial, sino de conocimientos e información que ayudarían a mejorar la productividad e impulsarían su desarrollo y crecimiento. Para el Perú, el TPP ampliaría las puertas de acceso a mercados como Australia, Brunéi, Malasia, Nueva Zelanda y Vietnam, que concentran una población de 153.1 millones de personas. De hecho, recientemente, el ministro de Comercio Internacional e Industria de Malasia, Mustapa Mohammed, manifestó a Bloomberg el deseo de continuar con el TPP, ya que le abría las posibilidades de facilitar el intercambio comercial con países como el Perú. De ratificarse el acuerdo, todos nuestros envíos, especialmente los de minerales y frutas frescas, hacia los países mencionados aumentarían, lo que mejoraría aún más nuestra balanza comercial e impulsaría el dinamismo económico.
A pesar de la salida de EE.UU., el TPP debe seguir adelante, pues seis años de negociaciones no pueden ser en vano. Recordemos que este acuerdo supone grandes oportunidades tanto para el nuestro como para los demás países miembros, al otorgar potenciales mercados con los que previamente no se tenían acuerdos bilaterales. Así, se reafirmaría el compromiso de los países que confirman este “TPP 11” por promover tanto la liberalización del comercio de bienes y servicios como la promoción de las inversiones. Demostrémosle al mundo que la integración global continúa a pesar de las adversidades y que nos mantenemos firmes con políticas que favorecen el desarrollo e impulsan el crecimiento económico.
En el DB 2018, el Banco Mundial ha establecido como lema “Reformar para crear empleo”, y es que las políticas públicas son esenciales para que el sector empresarial pueda prosperar y crear oportunidades de trabajo en beneficio de la población. Para el Perú, el Doing Business es una muy buena referencia, ya que promueve normas eficientes que mejoren la gestión del Gobierno y ayudan a enfrentar la corrupción. Todavía queda mucho por mejorar y ello depende de reformas esenciales para garantizar el dinamismo de la economía en los próximos años. Se debe seguir trabajando en la simplificación de trámites y la eliminación de requerimientos innecesarios que forman parte de la caótica burocracia peruana. Con ello se ahorrarían tiempo y dinero, elementos sumamente valiosos para los inversionistas. Ni el Perú ni los demás integrantes de la AP pueden quedar rezagados, pues de sus avances dependen la solidez y la presencia del bloque en el mundo.
Asesor Empresarial: Mg. Regner Nicolás Castillo Salazar